El Evento #77: $10,000 Seven Card Stud Hi-Lo 8 or Better Championship de las World Series of Poker entra en su día final con una expectativa difícil de igualar: Phil Hellmuth, la figura más laureada del poker, está entre los 15 jugadores que aún sueñan con el codiciado brazalete y un primer premio de $411,051.
A sus 60 años, Hellmuth sigue desafiando al tiempo y a sus críticos, demostrando que su ambición por escribir más páginas doradas en la historia del poker no tiene fecha de caducidad. El estadounidense acumuló 906.000 fichas al cierre del Día 3, el cuarto mejor stack en juego, y mantiene viva la posibilidad de sumar su 18.º brazalete, una hazaña que ampliaría aún más el récord que ya ostenta.
Como es habitual en él, su paso por el torneo no ha estado exento de momentos intensos. Su carácter explosivo y su estilo verbal siguen siendo parte de su marca registrada, pero no han impedido que exhiba un juego sólido y oportuno en una de las variantes más técnicas del poker.
El camino, sin embargo, no será sencillo. A su lado quedan contendientes de alto calibre como el británico Luke Schwartz (774.000), un viejo conocido tanto por su talento como por su temperamento, y el sueco Viktor “Isildur1” Blom (674.000), leyenda del poker online que ahora busca trascender también en la WSOP en vivo. Ambos, figuras que en su día fueron considerados “niños terribles” del circuito, han mostrado una versión más contenida recientemente, pero no dejan de ser amenazas serias en la mesa final.
El líder en fichas es Qinghai Pan, con un sólido stack de 1.581.000. Con dos brazaletes previos ganados en eventos online, Pan busca consolidarse en el escenario presencial. Le sigue el ruso Andrey Zhigalov (1.135.000), ganador de dos brazaletes en eventos HORSE —incluido uno este mismo verano—, y completa el tridente de favoritos el canadiense Alex Livingston (594.000), otro bicampeón de la WSOP.

Pese a la competencia feroz, la narrativa principal gira en torno a Hellmuth. Su búsqueda de la gloria número 18 es, sin duda, el foco de atención para miles de fanáticos que siguen su carrera desde hace más de tres décadas. Este miércoles, el “Poker Brat” intentará una vez más convertir la controversia en triunfo, y el ruido en historia.
Si logra imponerse, no solo reforzará su legado como el más grande ganador de brazaletes en la historia de la WSOP, sino que también recordará al mundo del poker que el fuego competitivo no se apaga con la edad, especialmente cuando arde en uno de los jugadores más icónicos que haya dado el juego.