En un golpe significativo para la comunidad de jugadores profesionales de poker en Estados Unidos, la propuesta de enmienda conocida como el FAIR BET Act ha sido rechazada por el Comité de Reglas de la Cámara de Representantes, dejando intacta una controvertida disposición fiscal incluida en la ley «One Big Beautiful Bill» firmada por el presidente Donald Trump en julio de 2025. Esta medida, que entrará en vigor en 2026, limita las deducciones por pérdidas en el juego al 90% de las ganancias, lo que podría imponer impuestos sobre ingresos «fantasma» que los jugadores nunca obtuvieron realmente.
Antecedentes de la Ley Fiscal y su Impacto en los Jugadores Profesionales
La «One Big Beautiful Bill», un amplio paquete de reformas fiscales y de gastos aprobado por el Congreso y firmado por Trump a principios de julio de 2025, incluye una disposición poco publicitada que modifica el Código de Impuestos Internos. Anteriormente, los jugadores profesionales podían deducir el 100% de sus pérdidas en el juego contra sus ganancias, asegurando que solo se gravaran los beneficios netos reales. Sin embargo, a partir de 2026, esta deducción se limita al 90%, lo que significa que un jugador que gane $100,000 y pierda $100,000 solo podrá deducir $90,000, debiendo impuestos sobre $10,000 inexistentes.
Esta cambio afecta particularmente a los profesionales del poker, quienes operan con márgenes estrechos y apuestas altas que pueden llegar a millones de dólares al año. Por ejemplo, un jugador que gane $3 millones pero pierda $2.8 millones solo podría deducir $2.52 millones, resultando en $480,000 de ingresos gravables a pesar de un beneficio neto de solo $200,000. En años de equilibrio o pérdidas netas, los jugadores podrían enfrentar facturas fiscales inesperadas, lo que ha sido calificado como un «impuesto a las pérdidas».
La disposición fue agregada durante el proceso de reconciliación en el Senado para cumplir con las reglas presupuestarias, incluyendo la regla Byrd, y se estima que generará casi $1.1 mil millones en ingresos adicionales durante la próxima década. Sin embargo, críticos argumentan que esta cifra es mínima en comparación con el aumento proyectado del déficit de $3.4 billones en el paquete general.
El Fracaso del FAIR BET Act
En respuesta a la alarma generada, la representante Dina Titus (demócrata por Nevada) introdujo el FAIR BET Act (H.R. 4304), una legislación destinada a restaurar la deducción del 100% para pérdidas en el juego. Apoyada por figuras bipartidistas como el senador Ted Cruz (republicano por Texas), un entusiasta del poker, la propuesta se presentó como una enmienda al Acta de Autorización de Defensa Nacional (NDAA). Titus, quien representa a Las Vegas, ha sido una defensora vocal de la industria del juego, argumentando que la disposición es «mala política» y podría perjudicar a casinos legales y jugadores profesionales.
A pesar de los esfuerzos, el Comité de Reglas de la Cámara, controlado por los republicanos, rechazó adjuntar la enmienda al NDAA en septiembre de 2025. Titus expresó su decepción en una publicación en X: «Desafortunadamente, el Comité de Reglas controlado por los republicanos no aceptó el FAIR BET Act como enmienda al NDAA. Esta era una solución fácil que debería haberse adoptado. No obstante, continuaré construyendo apoyo para restaurar la deducción del 100% por pérdidas en el juego».
Este rechazo sigue a un intento fallido anterior en julio, cuando el Comité de Medios y Arbitrios también declinó la propuesta. En el Senado, la senadora Catherine Cortez Masto (demócrata por Nevada) intentó un cambio por consentimiento unánime, pero no prosperó. Cruz ha calificado la disposición como un «error» y expresó esperanza en corregirla.
Reacciones de la comunidad del poker
La comunidad del poker ha reaccionado con furia. Jugadores legendarios como Phil Hellmuth han denominado la medida como el «Impuesto de Muerte para Jugadores de Poker» y han instado a Cruz a intervenir. Daniel Negreanu la describió como «realmente grande, lo más grande posible… no es bueno en absoluto», mientras que Phil Galfond la llamó «muy aterradora para el poker». Doug Polk discutió el tema en NewsNation, y Tony Dunst, embajador de la World Poker Tour, comentó en X: «No se ve bien para los jugadores de poker estadounidenses. ¡Muchas gracias al partido del gobierno!».
Otros profesionales, como Scott Seiver y el CEO de la World Series of Poker, Ty Stewart, han argumentado que socava los valores meritocráticos del poker y podría hacer que torneos de alto buy-in sean inviables debido al «recorte» del 10% del gobierno. La Asociación Americana de Juegos (American Gaming Association) y empresas como DraftKings han apoyado la reversión, advirtiendo que podría impulsar a los jugadores hacia plataformas offshore e ilegales, perjudicando a los casinos regulados en estados como Nevada.
Expertos fiscales, como Ray Kondler de Kondler CPA en Las Vegas, han advertido que la ley tendrá un «efecto mayor en la industria», impactando tanto a jugadores recreativos como profesionales.
Críticas Políticas y Posibles Consecuencias Futuras
La rechazo ha generado críticas políticas. Matthew Winterhawk, un republicano candidato a gobernador de Nevada, atacó a Titus en un video, comparando el juego con vicios ilegales como el uso de heroína y afirmando erróneamente que se buscaban subsidios: «No voy a subsidiar el uso de heroína de la gente o su uso de marihuana… No estamos subsidiando a los jugadores». Titus no busca subsidios, sino mantener la política fiscal existente.
Los siguientes pasos para Titus y sus aliados son inciertos, pero han prometido continuar la lucha. La industria teme que, sin cambios, el poker profesional en EE.UU. podría enfrentar un declive, con eventos migrando al extranjero y un aumento en la subdeclaración de pérdidas.
Esta controversia resalta las tensiones entre la expansión del juego legalizado y las políticas fiscales conservadoras, dejando a miles de profesionales en un limbo fiscal que podría redefinir la industria del poker en América.