La tranquilidad del barrio de Summerlin se vio interrumpida la noche del jueves 13 de noviembre, cuando un hombre armado y disfrazado de guardia de seguridad asaltó la caja principal del Rampart Casino, en el 221 de North Rampart Boulevard, y huyó sin dejar rastro.
Según informó el Departamento de Policía Metropolitana de Las Vegas (LVMPD), el robo a mano armada se reportó alrededor de las 10:29 p. m. en un casino de la cuadra 200 de Rampart Boulevard, zona en la que se ubica el complejo Rampart Casino at The Resort at Summerlin y el JW Marriott Las Vegas Resort & Spa. No se registraron heridos, pero el sospechoso sigue prófugo y el monto sustraído no ha sido revelado por las autoridades ni por el propio casino.
Un golpe nocturno a la caja principal
De acuerdo con el comunicado de la policía y los reportes de la prensa local, el asaltante llegó al complejo por el parqueadero y entró al casino desde allí, aprovechando una de las entradas internas del establecimiento.
Vestido con un casco balístico, gafas de sol azules, mascarilla negra y una chaqueta azul y amarilla con apariencia de uniforme de seguridad, el hombre cruzó la sala de juego hasta la caja principal (main cashier’s cage), el corazón operativo donde se manejan grandes cantidades de efectivo.
Una vez frente al puesto de cobros, el sospechoso sacó un rifle de estilo AR y lo apuntó hacia el interior de la jaula, exigiendo dinero al empleado de turno. Ante la amenaza directa y siguiendo los protocolos habituales en este tipo de situaciones, el trabajador acató las órdenes y entregó el efectivo disponible.
Tras obtener el botín, el asaltante abandonó el casino por el mismo camino: regresó al estacionamiento y desapareció antes de que la policía pudiera cerrar completamente el perímetro.
La respuesta de la policía: perímetro, helicóptero y búsqueda de testigos
Minutos después del robo, las comunicaciones de LVMPD recibieron la llamada de emergencia y un amplio despliegue policial llegó al lugar, asegurando el interior del casino y los alrededores. En la operación se utilizó incluso un helicóptero para ayudar a establecer un perímetro de búsqueda alrededor del Rampart.
Aunque los agentes “saturaron el área”, como describieron medios locales, todo indica que el asaltante ya había abandonado la propiedad cuando las patrullas llegaron a la zona.
La Sección de Robos de LVMPD, bajo la jefatura del sheriff Kevin McMahill, difundió posteriormente imágenes de cámaras de seguridad en las que se ve al sospechoso completamente cubierto por el casco, la mascarilla y las gafas, lo que dificulta su identificación.
Las autoridades pidieron a cualquier persona que reconociera la indumentaria, el casco o la complexión física del sospechoso que se comunique con los detectives de Robos o con Crime Stoppers, e hicieron un llamado especial a quienes estuvieran en el casino o en el parqueadero esa noche para que revisen posibles videos de celular o cámaras de tablero (dashcams) que puedan aportar pistas.
Un objetivo simbólico en el “off-Strip”
El Rampart Casino, inaugurado en 1999 y operado por Hotspur Resorts, forma parte del complejo de lujo que comparte propiedad con el JW Marriott Las Vegas Resort & Spa, un destino reconocido por su clientela local y por ofrecer más de 50.000 pies cuadrados de área de juego con más de 1.200 máquinas tragamonedas y alrededor de 30 mesas.
A diferencia de los grandes resorts del Strip, el Rampart se ubica en Summerlin, un vecindario residencial al noroeste de Las Vegas que suele promocionarse como una alternativa más tranquila y de ambiente “de barrio” para los jugadores. El hecho de que un robo a mano armada se produzca en un entorno de este tipo ha encendido las alarmas sobre la seguridad en los casinos fuera del corredor turístico principal.
Modus operandi: disfraz, rapidez y mínima exposición
El perfil del atacante coincide con un patrón que analistas de seguridad vienen observando en asaltos a cajas de casinos fuera del Strip: uso de disfraces o uniformes, armas largas visibles y operaciones diseñadas para durar apenas unos minutos, priorizando la sorpresa y la rápida retirada antes de que las fuerzas de seguridad puedan reaccionar.
Expertos citados en la prensa local recuerdan que los empleados de casinos suelen estar entrenados para no resistirse y proteger la integridad de clientes y personal por encima del dinero, lo que convierte a estas áreas de caja en blancos atractivos para delincuentes dispuestos a asumir el riesgo de un robo relámpago.
En el caso del Rampart, todo apunta a un plan cuidadosamente preparado:
- Acceso por el parqueadero, lejos de la vista del público general.
- Disfraz de guardia de seguridad para mezclarse con el entorno y reducir sospechas mientras se acerca a la caja.
- Uso de un rifle tipo AR, arma intimidante que aumenta la percepción de riesgo en la víctima y acelera la entrega del dinero.
- Ruta de escape inmediata de vuelta al parqueadero, que ofrece múltiples salidas y dificulta el rastreo posterior.
Investigación abierta y presión por mejorar la seguridad
Hasta el momento, LVMPD no ha informado de arrestos relacionados con el caso, y mantiene la investigación abierta. El robo ocurre en un contexto en el que el aumento de delitos en zonas turísticas y de entretenimiento ha reavivado en Nevada el debate sobre nuevas herramientas legales y judiciales para proteger los corredores turísticos, incluyendo el Strip y sus alrededores.
Aunque el asalto al Rampart se produjo en Summerlin, lejos de los grandes neones del Strip, refuerza la idea de que la seguridad de los casinos es un tema de alcance metropolitano, no solo de la franja principal.
Por ahora, la prioridad de las autoridades es identificar al responsable y evitar que un hecho similar se repita. Mientras tanto, tanto el Rampart Casino como otros establecimientos de juego en el valle de Las Vegas podrían verse obligados a revisar sus protocolos de acceso, control en parqueaderos y vigilancia interna, en un esfuerzo por cerrar los espacios que este asaltante supo aprovechar.
