El legado dorado del poker: la historia y evolución del brazalete de la WSOP

En el mundo del poker, hay un símbolo que trasciende el dinero, las fichas y la fama: el brazalete de la World Series of Poker (WSOP). Desde su creación en 1970, este trofeo se ha convertido en el mayor emblema de prestigio que un jugador puede conquistar. Sin embargo, su significado, diseño y valoración han evolucionado de forma notable a lo largo de las décadas.

El nacimiento de una leyenda

La historia del brazalete comienza con un giro casi accidental. En las primeras ediciones de la WSOP, los ganadores solo recibían un trofeo o una copa simbólica. No fue hasta 1976 que la organización decidió entregar un brazalete de oro a cada campeón, inspirándose en los anillos y cinturones del boxeo profesional. Aquella decisión cambió para siempre la forma en la que los logros en el poker eran reconocidos.

En palabras del legendario Doyle Brunson, dos veces ganador del Main Event:

“En esos tiempos no significaba mucho… ahora, es lo que todos quieren.”

De pieza simbólica a joya de colección

Los primeros brazaletes eran simples, de oro macizo y con grabados básicos. Pero con el crecimiento del poker y la entrada de patrocinadores, los diseños se volvieron cada vez más elaborados. En 2005, con el auge del “boom del poker” post-Moneymaker, los brazaletes comenzaron a incluir diamantes, rubíes y detalles personalizados.

El Main Event de 2012, por ejemplo, entregó un brazalete con más de 160 gramos de oro y diamantes blancos y negros, valorado en más de $50.000 dólares.

Hoy en día, cada brazalete es producido por Jostens, la misma firma que diseña los anillos del Super Bowl, y su valor material puede oscilar entre $1.500 y $50.000 USD, dependiendo del evento.

Valor simbólico vs. valor monetario

A pesar del lujo, el verdadero valor del brazalete WSOP no radica en su precio, sino en su simbolismo. Para los profesionales, representa un lugar en la historia. Para los aficionados, es un sueño muchas veces inalcanzable. Y para el poker en general, es una marca de legitimidad.

En la actualidad, ganar un brazalete puede posicionar a un jugador como candidato al Poker Hall of Fame, mejorar sus oportunidades de patrocinio y elevar su reputación dentro del circuito.

¿Demasiados brazaletes?

Con la expansión global de la WSOP —ahora con series en Europa, Asia, América Latina y plataformas online— algunos críticos argumentan que el valor simbólico del brazalete se ha diluido. En 2003 se entregaron 36 brazaletes. En 2024, ese número superó los 120 si se incluyen WSOP Online y WSOP Europe.

Aun así, jugadores de élite como Phil Hellmuth (récord absoluto con 17 brazaletes) siguen considerando cada uno como una “joya única”.

“Cada vez que gano uno, es como si fuera el primero”, declaró Hellmuth tras su más reciente victoria.

El brazalete en la era digital

En los últimos años, los brazaletes también se han entregado en torneos virtuales a través de plataformas como GGPoker o WSOP.com. Esto ha abierto el debate sobre si un título online debe tener el mismo peso que uno en vivo.

Sin embargo, con estructuras rigurosas, grandes fields y jugadores de talla mundial participando, la WSOP ha defendido su legitimidad, al punto de que muchos jugadores ahora cuentan con brazaletes exclusivamente online, como Joe McKeehen, campeón del Main Event 2015, quien sumó un brazalete digital en 2022.

El brazalete WSOP ha pasado de ser un simple reconocimiento a convertirse en el estandarte supremo del poker competitivo. Su valor no está solo en el oro o los diamantes que lo adornan, sino en la historia que representa: una batalla ganada en uno de los escenarios más exigentes del mundo del poker.

Como dijo alguna vez Daniel Negreanu, seis veces ganador:

“Puedes tener millones en ganancias, pero si no tienes un brazalete… todavía tienes algo pendiente.”

Juanes Molina

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