Mientras las luces del Horseshoe brillan y los sueños de gloria se cocinan en las mesas, una sombra recorre los pasillos del evento más prestigioso del póker mundial: las constantes quejas por el bajo nivel de los dealers en la World Series of Poker (WSOP).
A medida que avanza el calendario de torneos, crecen las voces —especialmente entre los jugadores regulares y profesionales— que denuncian errores técnicos, demoras innecesarias y una preocupante falta de preparación por parte de varios crupieres. Para muchos, se trata de una situación que afecta directamente la fluidez del juego y la integridad de las decisiones en la mesa.
“Es frustrante. Algunos dealers no conocen bien las reglas de variantes como Omaha Hi-Lo o Razz, y eso impacta en la experiencia de todos”, comenta un jugador habitual que pidió mantener el anonimato. En foros, redes sociales y transmisiones en vivo, se multiplican las anécdotas de botes mal repartidos, errores en el conteo de fichas y hasta confusión en la lectura de las manos ganadoras.
La crítica no proviene únicamente de jugadores recreativos. Profesionales como Allen Kessler, Daniel Negreanu y otros regulares han hecho públicas sus quejas, reclamando mayor rigurosidad en la selección y capacitación del personal. «No se trata de culpar a los dealers individualmente», escribió Kessler en X (antes Twitter), “pero sí de pedirle a la WSOP estándares más altos para un evento de esta magnitud”.
Según algunos empleados, la raíz del problema puede estar en la velocidad con la que se contrata y entrena personal ante la alta demanda estacional. Con decenas de torneos simultáneos y miles de mesas corriendo cada día, la organización necesita una cantidad masiva de dealers. Muchos de ellos llegan con experiencia limitada o directamente sin haber enfrentado nunca el ritmo de un torneo de esta envergadura.
Algunos torneos han sufrido interrupciones por fallos evidentes que podrían haberse evitado con formación adecuada. Jugadores reportan situaciones donde el dealer desconoce los procedimientos básicos para «scoopear» un bote o no corrige acciones ilegales a tiempo. “No estamos pidiendo perfección, pero sí competencia”, afirma otro regular.
Desde la WSOP, los organizadores han reconocido informalmente que existen “áreas de mejora” en el rendimiento de algunos dealers y aseguran estar reforzando la supervisión en mesas reportadas. No obstante, hasta el momento, no se ha emitido un comunicado oficial al respecto.
Para muchos, el prestigio de la WSOP exige no solo excelencia entre los jugadores, sino también en cada aspecto del evento, especialmente en la ejecución técnica del juego. Y aunque el espectáculo sigue, las fichas ruedan y los brazaletes se entregan, la pregunta queda en el aire: ¿está la WSOP haciendo lo suficiente para garantizar un estándar profesional en el centro mismo de la acción?