El “One Big Beautiful Bill Act” (OBBBA), aprobado por el Senado mediante un ajustado 51‑50 con el voto decisivo del vicepresidente J.D. Vance, será sometido ahora a votación en la Cámara de Representantes. Se trata de un megaprograma que extiende recortes fiscales, ajusta beneficios sociales, e implementa nuevos recortes presupuestarios. Una de sus enmiendas clave afecta directamente al sector del juego.
Deducción limitada de pérdidas de juego
La nueva disposición permite deducir solo el 90 % de las pérdidas totales por juego significativamente, en contraste con la deducción del 100 % vigente actualmente, siempre que las pérdidas no superen las ganancias.
Ejemplo: un jugador profesional que gana y pierde USD 100 000 en un año deberá tributar sobre USD 10 000 “no ganados” — aunque haya cerrado el año en equilibrio.
Reacción de la comunidad de poker
El profesional Phil Galfond calificó el cambio como devastador:
“Este enmienda acabaría con el poker profesional en EE.UU. y haría daño a los jugadores recreativos.”
Doug Polk, también jugador destacado, escribió al congresista texano Chip Roy señalando que la medida podría “matar el poker profesional” en su distrito.
También ha resonado la voz de una figura influyente en el mundo del poker online, “un jugador profesional”, que aseguró que esta legislación podría transformar un año con USD 1 million de ganancia en una pérdida de USD 2 millones después de impuestos
Represalías políticas
La congresista Dina Titus (Nevada) prometió combatir la medida y calificó la enmienda como una amenaza directa a los ingresos de jugadores y al sector en general. Advierte que podría empujarlos hacia actividades no reguladas.
El CPA Joshua Horowitz explica la lógica: incluso si un jugador pierde dinero en total, la nueva regla lo obligaría a pagar impuestos sobre pérdidas no deducibles
Impacto económico y proyecciones
Se estima que esta enmienda generará más de mil millones de dólares en ingresos fiscales adicionales durante la próxima década .
Pero en el polo contrario, podría significar riesgos para la sostenibilidad de jugadores que dependen de resultados a largo plazo, ya que muchos juegos de habilidad presentan alta volatilidad y periodos de racha negativa prolongados.