Ante la polémica que desató Phil Hellmuth en torno a jornadas extenuantes en el Main Event de la WSOP, el director ejecutivo de WPT y fundador de la TDA, Matt Savage se pronuncia a favor de jornadas más cortas y para ello propone la eliminación del típico break de la cena.
Si, ya casi todos estamos al tanto del nuevo escándalo en redes sociales que Phil Hellmuth desencadenó tras uno de sus mensajes en X. La estructura del Main Event de la WSOP se ha vuelto maratónica y él, con su edad, ya no se siente en condiciones de resistir lo suficiente como para mantenerse dentro del juego durante días.
Las jornadas largas en los torneos de póker son algo relativamente habitual, pues es tema bien conocido que mientras más profunda es una estructura de un evento, mayor peso genera en el componente habilidad y disminuye el factor relacionado al azar. En una estructura extremadamente profunda como es el Main Event de la WSOP, los participantes tienen mucho tiempo para tomar mejores decisiones y el peso de las apuestas obligadas no es tan intenso como puede serlo en torneos de un solo día.
Matt Savage, quien es un personaje muy reconocido en el ámbito del póker internacional, se desempeña como director ejecutivo de World Poker Tour y siendo fundador de la Tournament Directors Association, posee toda la autoridad y conocimiento para opinar respecto a este tema.
A través de su cuenta en X, Matt compartió un enlace a su blog Savage Rules, en donde profundiza respecto a lo que ocurre actualmente en torno a la duración de los torneos en el ámbito internacional y si se está cumpliendo con una agenda ideal o se está desgastando de sobra a los jugadores. Después de todo vale la pena brindarles las mejores condiciones para desempeñarse al máximo y para que tengan una experiencia más placentera en los paños.
Pero… ¿Cuánto es demasiado tiempo?
Se trata entonces de buscar un equilibro ideal entre el dinamismo en un torneo de póker y una estructura lo suficientemente buena como para dar el peso adecuado a la habilidad de los jugadores. El cuerpo humano tiene una resistencia límite y por más entrenado que pueda estar, llega un punto crítico en el que ya no puede dar más y necesita descanso.
Un tema importante en el desarrollo de cada agenda importante del calendario anual es sin duda el cuanto extender la estructura para brindar una gran jugabilidad, tratando de que las jornadas no sean demasiado extenuantes y afecten la experiencia general del jugador.
«He visto muchos torneos en los que se juega hasta que sale el Sol y he visto torneos con tiempos de conclusión inferiores a las ocho horas. Ambos escenarios son inaceptables e injustos».
Así, Savage comentó que una jornada de 12 horas es perfecta para un torneo de un solo día, en donde los jugadores pueden comenzar a medio día y en caso de avanzar hasta el final, terminar a la media noche con algo de tiempo todavía para poder ir a celebrar su victoria.
Respecto a los torneos de dos días, mencionó que tampoco es muy bueno que terminen demasiado tarde en la primera jornada y haya que sentarse nuevamente en la mesa tan solo diez horas después para volver a jugar. Comentó que el procura darles a los jugadores unos 90 minutos para su traslado a su casa u hotel, más 8 horas de sueño y otros 90 minutos para volver al día siguiente. De este modo el torneo adquiere gran éxito y hay una gran participación por parte de todos los sectores de jugadores.
A favor de jornadas más cortas.
Savage se pronunció a favor de jornadas más cortas y propone que eliminar el break de la cena puede ser una buena alternativa para terminar a una hora razonable. De este modo los jugadores pueden salir antes y disfrutar de una buena cena, además de regresar mucho más descansados al día siguiente. Funciona mejor de esa forma.
El problema con los descansos de la cena es que solamente hay de 60 a 90 minutos para volver.
«A menudo ese tiempo no es suficiente para salir y disfrutar de una cena relajada. Lo que ocurre es que terminas con prisas y comiendo una porción de pizza de dudosa reputación».
Diciendo esto, compartió su punto de vista respecto a que sería mejor jugar un día más corto, evitar la pausa de la cena y así volver con más energías renovadas para el día siguiente. También sugiere que las jornadas pueden ser más largas de esta manera, alcanzando por lo menos las 11 horas de juego.
Interesante propuesta, ¿no?
