“Una ficha y una silla”: la remontada real de Jack Straus que cambió la historia del póker

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En 1982, el Main Event de la World Series of Poker (WSOP) en Binion’s Horseshoe quedó grabado para siempre gracias a una escena insólita: cuando todos creían que Jack “Treetop” Straus estaba eliminado, apareció una última ficha bajo una servilleta. A partir de ese momento, la expresión “a chip and a chair” dejó de ser una frase hecha para convertirse en un principio de fe competitivo.

El torneo y el contexto

Aquel Main Event fue el primero en superar los 100 inscritos: 104 jugadores pagaron 10.000 $ de buy-in. Straus se llevó el título y 520.000 $ tras derrotar en el heads-up a Dewey Tomko; en esa misma mesa final aparecieron nombres como Doyle Brunson (4.º) y Berry Johnston (3.º).

La mano que no fue el final

Las versiones difieren en los detalles, pero el núcleo coincide: Straus empujó sus fichas al centro, perdió la mano y se levantó creyendo que estaba fuera. Entonces notó que le quedaba una ficha —comúnmente se cita una de 500 $— oculta bajo una servilleta. Como no había declarado verbalmente “all-in”, los oficiales le permitieron seguir jugando con ese resto mínimo. Desde ahí encadenó dobles y triples hasta rearmar su stack. La anécdota cimentó el adagio: “todo lo que necesitas es una ficha y una silla”.

Del resto al brazalete (y al titular)

Con disciplina y agresividad, Straus navegó hasta la mesa final y cerró el duelo ante Tomko para conquistar su segundo brazalete WSOP. Para la prensa de la época, no sólo fue un triunfo: fue una narrativa perfecta sobre la resiliencia en torneos.

Por qué importa esta historia

  • Definió una cultura competitiva. La idea de que “mientras haya una ficha, hay posibilidades” se convirtió en un marco mental para jugadores de todos los niveles, reforzando la ética de no rendirse en estructuras profundas.
  • Elevó el atractivo del torneo. El formato del Main Event y el relato de supervivencia de Straus contribuyeron a la mística de la WSOP en los años previos al boom televisivo.

Después del 82: legado y final

Jack Straus siguió compitiendo hasta 1988, cuando falleció de un aneurisma aórtico mientras jugaba en el Bicycle Casino de Los Ángeles. Ese mismo año fue incorporado al Poker Hall of Fame, cierre institucional a una carrera marcada por grandes resultados y un carisma de “road gambler” texano.

Juanes Molina

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